La tía chila
Es el apodo que mis sobrinos me han dado, sépase que en mi tierra (Sonora, México) “chila” es una palabra que se usa para hacer referencia a algo divertido, bueno o de mucho agrado. Ganarme ese adjetivo por parte de mis amores chiquitos ha implicado tiempo de calidad pero sobre todo habilidad para ponerme a su nivel: la conciencia infantil.
Y sobre esa conciencia te quiero hablar hoy, un niño no dimensiona la palabra tiempo como nosotros, si tú les pides diez minutos para terminar tus labores antes de ponerte a jugar, será cosa de 1 minuto para que pregunte ¿ya puedes jugar?. No espera ser decepcionado, al contrario te dará innumerables oportunidades para creer en ti y en tus promesas, aprovéchalas bien. No sabe distinguir una mentira de una verdad, por eso cuida como oro cada palabra que sale de tu boca, aunque estés bromeando ellos no lo verán como tal y lo tomarán siempre como una verdad.
Los niños de hoy valoran y necesitan que les dediques tiempo y atención, con los recursos y medios que tengas para hacerlo. Es tan fascinante y divertido entrar en su dinámica, puedes ver el mundo a través de unos ojos que constantemente se asombran, puedes descubrir momentos extraordinarios en un columpio, un inflable o jugando en la calle. Y cumplir todas sus expectativas del día si decides terminarlo con una nieve o viendo con ellos por décima vez su caricatura favorita.
La tía chila sigue descubriendo la maravillosa personalidad en cada uno de sus sobrinos, aprendiendo de ellos, ajustándose a su incansable sentido del humor y desde ahí sacarles la carcajada. Acompañándolos en cada aventura y momento del que me invitan a ser parte. Gracias mis pequeños maestros por seguirme educando y permitirme reencontrar a la niña que sigo llevando por dentro.