Conectados

Vivimos en un mundo donde la tecnología acerca a los que están lejos y aleja a los que están cerca. En lo personal y al vivir lejos de mi familia, no sé que haría sin el facetime o los grupos de whatsapp que me mantienen en contacto constante con quienes más amo, pero ¿cómo evitar que el acceso a la tecnología enfríe nuestras relaciones con quienes están a nuestro alrededor?

Primero necesitamos identificar en qué área de nuestro entorno es donde estamos menos conectados con el mundo real, es decir, en nuestro ámbito familiar, amistoso o cualquier otro grupo o comunidad al que pertenezcamos. Una vez que lo identifiquemos podemos tomar acción, cada quien definirá cuál es la mejor manera de retomar la conexión real con las personas que nos rodean.

Otra recomendación es aprender a administrar el uso de la tecnología, entiendo que en ocasiones no es tan simple, porque representa nuestra herramienta de trabajo, pero aun así debemos organizar correctamente nuestro día, y seremos más productivos con el tiempo que invirtamos haciendo uso de aplicaciones, dispositivos, redes sociales y demás.

Estamos frente a una sociedad que puede estar  en todos lados y en ninguno a la vez, no perdamos nuestras habilidades sociales, nuestra capacidad de comunicarnos verbalmente, frente a frente, de estar de lleno sumergido en un momento sin la ansiedad por desear compartir el momento con “todos”, que a veces son “nadie”. Es tiempo de silenciar tus notificaciones al estar disfrutando de una caminata, de momentos con tus seres queridos, cuando conversas con alguien sin distracciones, cuando a través de tus ojos eres testigo de las maravillas que te rodean.

Conéctate de nuevo con lo que verdaderamente importa: con tu hijo que desea le dediques tiempo sin estar metido en el celular un solo minuto; con tus padres que extrañan escuchar sonar el teléfono en lugar de reproducir un audio o leer un texto, con tus amigos que extrañan sus tardes de café sin tener los celulares sobre la mesa. Conéctate contigo de nuevo.