Ponle pausa a tu día
Me encanta diciembre, pero también me estresa un poco la prisa con la que las personas manejan o caminan en estos días, las largas filas para poder pagar en las tiendas o supermercados y claro la rapidez con que baja el saldo cada vez que se revisa la cuenta.
En medio de tanto algarabío y ajetreo pongámonos en pausa al menos dos minutos al día ¿puedes regalártelos? Yo creo que sí, pausa para disfrutar el escenario que te rodea mientras esperas para pagar algo, pausa para prestar atención a lo que ocurre a tu alrededor en cada semáforo que toca en rojo o pausa para mirar a los ojos a las personas con quien intercambias un gracias.
Es maravilloso lo que la pausa puede hacer por nosotros, en fracción de segundos o minutos te permite conectarte con algo más grande que la cotidianidad, la rutina o la premura, te conectas con la energía que emana de las personas y las circunstancias. Todos somos capaces de percibirla, pero normalmente estamos muy apurados para poder constatarlo.
Pero tal vez a partir de este momento, tomes esas pausas en tus días para admirar la magia contenida en un momento, un lugar o un rostro. Dejemos de mirar nuestro celular en nuestras “pausas improvisadas” y comencemos a mirar más, estando presentes en el presente.