Más reconocimiento, menos remordimiento
¿Por qué nos costará trabajo darnos más mérito? A veces me pregunto si es por un tema de percepción sobre nosotros mismos, tal vez de juicio u opinión de otros o simplemente una falta de estima personal sobre lo que sí hemos logrado.
Estamos por cerrar el año y con ello muchas personas lo definen como un año fracasado, donde una vez más, no cumplieron con sus propósitos, pero donde olvidan que transitar el camino hacia un objetivo, es tan importante como conquistar la meta.
Pensemos en diferentes escenarios: el iniciar una dieta, aventurarse en una relación, cambiar de hábitos, modificar actitudes, desprenderse de algo o alguien, etc, cada acción que realizaste con miras a un bien mayor merece ser celebrada, más allá si lo lograste al 100% o al 30% ¡Reconoce que lo hiciste, por un periodo corto o extenso, pero lo hiciste!
Deja fuera el remordimiento por una báscula que te atormenta, por una cuenta que no creció en ceros, por una decisión que no trajo los frutos que esperabas. Y con ello no te animo a seguir donde estás, sino a reconocer lo que sí hiciste y partir de ahí de nuevo, con más determinación y optimismo en que seguirás trabajando en forjar un mejor futuro.
El reconocimiento alimenta otras virtudes como la gratitud y el entusiasmo, en cambio el remordimiento solo da fuerza al complejo y el desánimo. Hoy date permiso de no ser modesto, de mirarte con orgullo, de admirar la versión que eres y que estás dispuesto a seguir renovando, siempre para bien. ¡Buen cierre de año!