La elegida - DÍA DE LAS MADRES- MAYO

Una de mis historias favoritas, es la que me cuenta mi madre sobre el momento de mi concepción y no daré los detalles que obviamente todos saben, sino la magia que existió en ese instante, el momento exacto cuando supo que había sido “la elegida”, el segundo preciso donde mi alma llegó a reposar sobre su vientre, sumando en dos células el regalo tangible del amor.

Me encanta imaginarme conectada a ella desde el vientre, respirando, comiendo y viviendo a través de ella, sonriendo juntas en sus días de alegría y padeciendo la nostalgia en los días de dolor. Compartiendo desde entonces algunas manías, sabores y mañas, que sin saber serían heredados; me imagino cobijada por su vientre tomando las más deliciosas siestas, recibiendo su amor en cada latido y regocijada en cada intercambio de pasión.

Es ella la elegida, la que con valentía sacrificó su cuerpo, la que con dolor me dio el pase a esta vida terrenal, la que renunció a ser ella para ser yo, la que regaló su tiempo a cambio de una absoluta devoción, la que en desvelo me contempló y en oración siempre me entregó. 

Es ella la elegida, la que no renuncia un solo instante a su labor, la que sigue creyendo en mí y aplaudiendo cada paso que doy, la que se llena de vida cuando me ve cruzar la puerta o sólo escucha mi voz. 

La elegida, eres tu mamá, mi solecito, mi reflejo, mi carta de presentación. Tú eres yo y yo soy tú, gracias por darme la vida, gracias por amarme, por cuidarme y por seguir siendo parte de cada capítulo de mi vida.

Celebra su vida y su existencia cada día, ámala, llámala, abrázala, consiéntela todos los días. 

La elegida fuiste tú, la bendecida fui yo.

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