Los héroes en silencio

Hace días me tocó ser parte de un hermoso evento de caridad, donde la meta de recaudación que se tenía fue superada con creces. La mejor parte de este evento, fue escuchar las historias de los héroes en silencio que no dejan de ayudar, interceder y trabajar por los menos favorecidos.

Escuchar sus testimonios me hizo caer en cuenta de algo: el anonimato no resta valor a las buenas causas. Y me refiero a un anonimato lejos de medios, redes o incluso círculos sociales cercanos, que desconocen la lucha, entrega, dedicación y perseverancia que los héroes en silencio han protagonizado. Todos podemos ser activadores de buenas causas, de una u otra manera.

Existen personas que son movidas por la pasión de estar en el terreno de lucha, otras que a través de sus recursos económicos deciden financiar estas bellas misiones; y unas más que son los canalizadores de recursos, relaciones y todo lo que haga falta para lograr el objetivo que es ayudar a otros. 

Te comparto un versículo que confirma lo mucho que Dios ama cuando hacemos algo por los demás “Cada uno de como su propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”.

Hoy te quiero invitar a que te conviertas en un héroe en silencio, un dador alegre. Tú elige tu causa, tu misión; decide si involucrarás a otros, si necesitarás apoyo de terceros o si es algo que puedes realizar sin la ayuda de alguien más. Contagiemos al mundo de las ganas de querer ayudar, de regalar tiempo, amor, dinero, misericordia o lo que tu causa necesite. Recuerda que tu causa puede ser una persona, una organización, un lugar o muchas personas o muchas instituciones.

Aprendamos a vivir llenos de amor compasivo, compartido y sincero. Hagamos crecer la comunidad de los héroes en silencio, que con acciones es posible cambiar al mundo. Bendiciones.

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