Construyendo la imagen personal

Un proceso que inicia desde la infancia

Todos sabemos que es inevitable tener una imagen, lo busques o no, te interese o no. Remontémonos a nuestra infancia cuando desde pequeños ya decidíamos que atuendo queríamos usar, cuando en tu colonia eras el líder que determinaba quiénes integrarían los equipos de futbol o cuando eras el temerario que las demás vecinas no querían tener cerca de sus hijos; estos son solo algunos ejemplos de cómo la imagen está presente en nuestras vidas desde el momento que empezamos a comunicarnos.

Ahora te invito a hacer un listado de tus  mejores amigos de preparatoria y a darles adjetivos calificativos a cada uno de ellos donde seguramente quedará expuesta la imagen personal que proyectaban en aquel entonces. Después haz un listado con aquellos que sigues en contacto años después y verifica en qué se ha modificado su imagen personal, te sorprenderá la manera en que algunos han cambiado por completo su imagen favorable o negativamente.

Por ello cabe resaltar la importancia de cuidar todo lo que comunicamos a través de nuestras palabras, actitudes, lenguaje corporal e incluso el estilo con el que vestimos. Como sabiamente lo dijo Sócrates “Alcanzarás buena reputación esforzándote en ser lo que quieres parecer”, en eso consiste la construcción de la imagen, en trabajar día a día en congruencia con lo que dices, lo que haces y en cómo te ves para proyectar lo que quieres parecer.

Recuerda siempre que todo lo que comunica influye en tu imagen y la mejor noticia es saber que sin importar cuál sea la imagen que proyectas en tu presente, siempre habrá oportunidad para mejorarla.

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