Lo que Junio se llevó...
Sí que hay meses que nos transforman más que otros, el mes pasado inició con una tremenda sacudida emocional, donde una persona muy querida y cercana a mí, fue arrebatada de su vida de manera trágica. He vivido mi duelo en intimidad, en lo privado, me he acercado más a Dios, quien nos ayuda a mirar el futuro con esperanza a pesar de lo que estemos viviendo, quien nos consuela en los días de tristeza e ilumina los días de oscuridad. Junio se llevó el miedo que experimentaba a enfrentar duelos lejos de mi familia.
Junio también se llevó el enfoque equivocado que le estaba dando a mis días, pensando en lo urgente, en la siguiente meta, en el próximo proyecto, en lugar de darle más tiempo y energía a lo que verdaderamente llena mi alma, como escribir, estar en la naturaleza, ver más seguido a mis amigos, estar presente en el tiempo que comparto con mi Romeo y muchas otras cosas de las cuales me había estado alejando en los últimos meses, por este exceso de presión, que yo solita puse en mis hombros.
Lo que Junio se llevó fue la falta de claridad sobre mis prioridades, la culpa por sentir que no hago suficiente y la necesidad de querer hacerlo todo y hacerlo bien.
Te abro mi corazón, porque en este nuevo mes, tal vez necesites soltar, aceptar o entender eso que sólo tú sabes necesitas trabajar. Hoy es un buen día para dar el primer paso, con Fe, con ánimo y sabiendo que cuando somos transformados tenemos que ser incomodados, disfruta el proceso ¡Bendecido nuevo mes!